sábado, 25 de abril de 2015

Comunicación corporativa

Las marcas y el debate sobre la belleza real

La firma de lencería femenina de tallas grandes, Lane Bryant, ha lanzado una campaña publicitaria con la que se pretende abrir el debate en torno a la reconsideración de los cánones de belleza femeninos y apostar por otro concepto de “la belleza real”. Una campaña que se ha convertido en viral en las última semanas como consecuencia de su difusión en internet, usando el hastag #ImNoAngel en redes sociales. Existe una implicación máxima por parte de las propias modelos de esta iniciativa y es por esta razón, que mujeres de todo el mundo están siguiendo su ejemplo y se han movilizado a favor del tema, colgando sus fotos y mensajes en la red; mensajes como “Amo mis curvas” o “Lo perfecto es lo extra grande”.


En el spot aparecen varias modelos de tallas grandes posando en ropa interior, como Candice Huffine o Ashley Graham, que hacen referencia a lo que ellas consideran sexy: la mujer con curvas, y repitiendo el lema elegido para la campaña “No soy un ángel” (I’m not an angel). Este lema surge en contraposición a la comunicación corporativa que sigue la firma Victoria’s Secret, popular por sus “perfectas” modelos como Heidy Klum o Alessandra Ambrosio, y por sus desfiles donde prima el espectáculo y la puesta en escena, dejando casi en un segundo plano a la propia lencería. No es la primera vez que Victoria’s Secret está en el punto de mira por sus campañas publicitarias, ya que en noviembre del pasado año, la firma lanzó la campaña “The perfect body”, donde se hacía alusión al prototipo idealizado de cuerpo de mujer perfecto. La campaña mostraba en sus anuncios a diez modelos muy delgadas, concepción de la belleza que la compañía tiene sobre la mujer. Esta campaña generó rápidamente una reacción negativa por lo que recibieron un aluvión de críticas en medios de comunicación e internet con tuits de protesta con el hastag #IamPerfect. Tres estudiantes de Reino Unido consiguieron 25.000 firmas para pedir que la firma rectificara su campaña, el resultado fue un nuevo eslogan “Un cuerpo para cada cuerpo”, pero la misma foto con las mismas modelas, es por esto que la rectificación no tuvo el efecto esperado por la marca, y siguió siendo objeto de crítica por parte del público femenino que no se siente representado por los ideales del anuncio.


Anteriormente ya ha habido firmas que anima a las mujeres de todo el mundo a sentirse bien, sea cual sea su cuerpo y lucirlos con orgullo, ejemplos de ello son Dove o Curvy Kate. Dove fue una de las primeras marcas que apostó por la belleza real en sus anuncios publicitarios. Idea que surgió, según la propia empresa, tras realizar un amplio estudio global para analizar en profundidad estas cuestiones, y descubrir que sólo el 2 por ciento de mujeres en todo el mundo se consideran guapas. Desde el año 2004, apuestan por estas campañas para avivar el debate sobre los ideales de belleza que están impuestos en la sociedad, intentan desafiar los estereotipos actuales, al mismo tiempo que generan beneficios para su propia marca. Este juego de comunicación para “logar que más mujeres se sientan guapas cada día” les reporta notables ganancias, ya que gracias a campañas como estas muchas consumidoras se animan a comprar sus productos de higiene y cosmética con los que se “cuidaran más y mejor”.
En su caso, la marca de lencería inglesa Curvy Kate ha sabido aprovechar los fallos de la competencia, como Victoria’s Secret y ha desarrollado su propia campaña en busca de “un cuerpo para cada cuerpo”, ofreciendo una selección de tamaños y modelos de ropa interior más acorde con la realidad del cuerpo femenino y no sólo para supermodelos, sino para mujeres satisfechas con su cuerpo.


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